Sabe Dios a qué hora os habéis ido a dormir y en qué condiciones
de ánimo. Ahora estáis desparramadas en los colchones y salvo los ronquiditos y
algún que otro balbuceo parecéis seres vivos normales.
Hace escasos días acabábamos de llegar con las maletas
caladas y esto iba a ser una experiencia y … ¿ya lo ha sido? El guerrero de la
luz estaría de acuerdo conmigo si dijera: ¡Menudo wayabaso!
Aunque parezca mentira muy lejos y muy atrás (tanto como queráis)
quedan ya muchas cosas: los fondos de Windows que hemos descubierto juntos, la “M”
con la “A”: “Ru”, el empañete, la pintura, Gabriel y sus hermanitos, las cenas explosivas, las
zanjas, los descerebramientos en la furgo cuando se viaja (o sea siempre), las
carreras por ser puntuales, las misas bañados en sudor sabrosón, Manolo “on
Fire” en la obra, los paseos por la sirena hasta las orejas de cemento, niños diciendo "hay diooooo Profe, cuando tu te va?", los
despertares de gallos y bocinas, ese despertar cuando te toca hacer desayuno, acostarse
con la brisa y las palmeras de fondo, las conversaciones de furgo, tirar
cemento a la pared para completar un hueco y ver como irremisiblemente se
desliza y al suelo, la lucha fraticida por no dormirse en la mesa, el reparto
de comida si sobra, el momentazo en el que Gabriel vibró con la música, la acalorada
cocina a la 1 de la tarde, el buen rollo de piesito, el helado BON, los
tremendos amigos que habéis conseguido a base de cariño y sonrisas, las patadas
al cordi (seguro que intencionadas) en el chill-out, la visititita de Chantal,
las tardes de bachata y dembow, flotar en el tranquilo Caribe, … creo que esta lista se haría tan
interminable como la de películas de cine que propusimos a María (no la pierdas
serda).
Cada una ha aprovechado esta oportunidad a su manera. Algunas
incluso lo han hecho compartiendo con el lejano Chile o Madrid (desde Dominicana no se cuál esta más lejano) En todo caso, ojalá
tengáis la sensación de haber sido lo suficientemente leales con vuestros
ideales como para haber sido dignos del privilegio de haber venido. Dignos del
esfuerzo que otras personas han hecho y siguen haciendo para que vuestras vidas
sean estas, ni mejores ni peores, estas. Un “estas” que como habéis podido
comprobar es tan diferente a otras que uno piensa como de injusto llega a ser
el reparto.
Creo que siempre hay una primera vez para venir, pero ¿Estamos
dispuestos a venir por primera vez “por segunda vez”, o por primera vez “por tercera
vez”? Yo, ganas locas por mi primera “enésima
vez” y se que julio está ahí mismito.
El que no quiera entenderlo… que le den un wayabaso, o
mejor, que NO le den un wayabaso.
Agradeceros la esta maravillosa oportunidad que las habéis brindado y estoy más que segura que las ha enriquecido y se traen un recuerdo para toda la vida.
ResponderEliminarPor lo menos mi sobrina está como loca de contenta y a la vez un poco triste de haber dejado todo aquello, gracias.