El día en el CESA comenzaba a las 7 como siempre, salvo para
las de desayuno claro que lo hagan como lo hagan siempre es media hora
antes. Los campas estaban listos para
recibir a los niños y sus monitores con ganas de empezar el día. como todas las mañanas reparto de monitores y recogida de niños patata de pueblo nuevo a Lavapiés.
En él campa de
Lavapiés, entre fotos y vídeos, dio tiempo a hacer el primer ensayo de lo que
será un increíble Harlem Shake. Su protagonista fue Bolita, quien nos deleitó
con su forma de baile imposible de imitar por Rojo e Itziar quienes parecían más
bien Peter la Anguila. Tras una brillante actuación en la clase de lectura,
donde escribiendo palabras con DO han salido palabras como dodecaedro… tan
cortitos para algunas cosas y luego dicen dodecaedro… y es que encima te explican
como si fueras tonto: “si profe una figura de doseeee laadooos… “ Dichos
ingenieros salieron al patio a compartir el Harlem Shake con todos. No se nos
puedo olvidar el momento pelos de punta al sonar el himno en mitad del recreo
donde todos sin excepción se pararon para escucharlo. Mientras en este primer
campamento se respiraba la tranquilidad en el otro el día resultaba más
movidito, y si no preguntadle a Betty cuya camiseta va a necesitar más de un
lavado por un accidente algo indigesto.
Gracias a la donación de la Federación Madrileña de
Baloncesto (FBM), Mónica pudo llevar a cabo un pequeño entrenamiento con
algunos niños que conocían este deporte, ahora si, con balones decentes.
Llegamos prontito a casa para comer con la esperanza de
poder dormir la siesta, pero quedó en eso, una esperanza, porque una importante
conversación se dio en la mesa para zanjar el tema de la niña enferma del día
anterior. ¿Zanjado o no zanjado? … Complicado de explicar.
Al llegar a Sainaguá acompañados por los ya habituales
Peniel y Meliana, a quienes se unieron Andrea, Arlyn, Leticia y Manuel la cosa se complicó al no haber agua en toda
la zona. Sin embargo, como para nosotros no hay nada imposible y para Manolo
menos, solventamos el problema con 3 bidones, dos cubos, Peniel, Itziar y
Novoa. De camino hacia casa para rellenarlos, a Manolo se le ocurrió hacer una
pequeña visita a la comunidad afro que nos había invitado a comer antes pero no
pudimos aceptar la invitación por trabajo (parecemos alemanes ¡coño!). Suerte
que allí nos dieron agua y pudimos, además, ver la ensebada (la cucaña
dominicana).
Con el cemento ya hecho, la mano de obra trabajando tanto en
pintura como en pared la obra parecía que avanzaba con mayor rapidez. Eso si a
la hora de pintar aquí se pinta todo, pared, rodapiés, suelo, techo…
Salimos de allí antes
de lo normal para ducharnos de manera express e ir a la comunidad de
Cañadahonda morada de Vlady y Genova. Alli compartimos una cena a la luz de las
estrellas en la azotea que constaba de spaguettis con culantro y salchichas con
mas culantro. Borja recibió unas pocas pullitas por parte de la amiga Génova
pero bueno siempre como un caballero tomándoselo con filosofía (la venganza es
un plato que se sirve frío: como los spaguettis). Mientras cenábamos Raul nos
llamó para ver como estábamos desde Santo Domingo, ¡pero que majete es el
Piesito! Leticia distraída con la conversación de Armín hizo su entrada
triunfal con ladrillo invertido.
Hemos llegado todos a casa bastante cansados pero eso no nos
impide cumplir con nuestras tareas: sándwiches, baños y blog. A estas horas
indecentes, los wayabasos contra la mesa son demasiados asi que nos vamos
despidiendo. Buenas noches desde Dominicana.
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