Buenos Día por la mañana, esta vez con más tranquilidad en
el desayuno porque sólo íbamos a uno de los campamentos, al juntarse todos los
niño en el de Lavapiés. Al inicio con pequeños problemas de logística y
orientación por parte de los que veníamos de Pueblo Nuevo y nos sentíamos
perdidos ante tanto espacio y chicos que cantaban el himno a viva voz. ¡No
estábamos acostumbrados a tanta energía!
Ya desde el primer momento el día prometía un montón de
experiencias que nos iban a dejar con la boca abierta. La primera se presentó
en la furgo, en la que escuchamos en nuestra emisora de música algo como “Feliz
día a mi hijo que está en su última jornada de campamento urbano”. Aniseta iba
hasta las trancas, no cabía ni un alma más entre tanto ampli y bidón. La verdad
es que aunque al principio nos parecieron demasiados, el correr con los niño
durante la mañana nos provocó una sed indescriptible.
Errores con las pruebas y también entre los propios monitores
que en lugar de dificultar el camino de los chicos dándoles largas, confesaban
su número de prueba a la mínima de turno.
Arlyn se proclama vencedor, con el "equipo ñé" todavía muy
lejos de ganar las piezas para completar el mapa que conformaba la búsqueda de
los bolones del tesoro. Sin embargo todos y cada uno de los monitores de los
equipos, así como los niños, dieron lo imposible para estar on fire a pesar del
calor abrasador.
Tras la merienda gratuita y una batida en la que pusieron
menos entusiasmo se celebraron unos concursos de baile que ya quisieran los de
Fama, ¡cómo se curraron los chavales las coreografías!, el harlem shake y
comenzaron los llantos de las despedidas, aunque no sabemos si fueron los niño
o los profes los que más lloraron.
Mientras que una parte del grupo marchaba a Sainaguá para
rematar el trabajo de la tarde, la otra
iba a Jaina en el pick-up de Ramón, en el que aparte de unos cabesasos
se escuchó buen dembow y se comieron buenas buenas empanadillas.
Tras el viajecito nos juntamos con la hermana de Ramón,
miembro del club de los Leones (una asociación internacional con sede en
diferentes países del mundo dedicada a ayudar a personas desfavorecidas a
través de las donaciones externas. Le dejamos fundas con gafas graduadas
preparadas ya para su donación tras una revisión gratis al paciente interesado.
De ahí fuimos a Sainawá, donde sorprendentemente
finiquitamos el trabajo dejando una capilla más que decente. La verdad es que
ha sido un duro trabajo todos y cada uno de los días pero muy gratificante ver
cómo se terminan las cosas propuestas con un esfuerzo continuo de cementar, rascar, sedasear y pintar a las
calurosas 4 de la tarde.
En la sirena compramos por fin comida. Cielos estábamos haciendo
operación bikini! Aunque pronto se pasaría ese efecto porque Peniel nos llevó a
cenar a una hamburguesería en la que la comida era de todo menos rápida. Además
Melianna nos invitó a un rico jugo a elegir entre naranja y fresa en el
restaurante más glamuroso de San Cris, cuyos dueños son sus padres y los de Massiel.
Realmente un día agotador, contentos de ver los frutos de
nuestro esfuerzo pero el hecho de que esto se acabe nos acercaba cada vez más
al acechante wayabaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario