martes, 9 de julio de 2013

DÍA 4: Boca chica

El día comenzó temprano con una misa a cargo de Ramón en la que un año más nos sorprendieron pidiendo que saliéramos todos a saludar a la palestra. Cada uno lo hizo como buenamente pudo, y nos aplaudieron y bueno… esas cosas de no saber dónde meterse.
Al acabar la misa se presento el P Manolo en la iglesia y de nuevo presentaciones, aunque hay que reconocer que a él le costó mucho menos ponerse a hablar.... Y bla bla y bla bla que si Nietzsche que si ….
Total que la misa solo duró 1:50 horas… si es que les cuesta terminar, se les va haciendo bola y ¡¡¡no zanjan no zanjan!!!
Media hora más tarde estábamos camino de la playa de Boca Chica con idea de conocer nuestra primer a playa dominicana. Y, todo hay que decirlo, bajo una lluvia mas que sospechosa de arruinar un delicioso diita de playa. Lo de aparcar fue sencillo, simplemente dejamos el busito en un boquete de esos que a poco están de llamarse túnel de la m30.
Del coche a la arena un sin fin de cansinos detrás con que si “ te vendo esto mi amoooool” que si “ven a comer a mi restaurante” que si “te alquilo una sombrilla a precio desorbitado por ser blanquito”…. A Pasionante!
Llegados a la orilla, taca! Plantamos los atillos bajo una palmera libre. Gracias a dios el sol no brillaba, por su ausencia, claro, y no necesitamos mucha sombra. Nos embadurnamos de cremas factor chopocientos y ale, mientras dos cuidaban los bártulos, al mar.  El agua calentita azulona y de escasa profundidad, nos brindó la posibilidad de flotar a la deriva como sargazos.
La playa, aparentemente tranquila, sufrió un pequeño shock en el momento en que Jésus Haselhoff entro a la carrera en el agua salpicando para zambullirse de un planchazo a lo “ Esther Williams en “Escuela de sirenas”.
Mas tarde comimos en un restaurantillo italiano un elenco de pizzas variadas muy bien atendidos por las hermosototas camareras. La conversación de la pitanza nos dejo claro que la gravedad tiene sus cosas y que a todos nos resulta interesante una copa (D).
De sobremesa un paseo por la calle de las compras (tipica calle de sitio de playa) y darnos cuenta de que el restaurante que triunfa aquí es “El pollón”, tremendo cartel y tremendo …. pájaro. ¡Oju con el cartel. Finalmente terminamos el paseo no sin antes  ser “acosados” por una panda de neglos groseros. Es curioso el cambio cultural con nuestro país, aquí es una ofensa de esas de retarse en duelo al amanecer llamar imbécil a alguien pero está a la orden del día gritar a las turistas obscenidades, está fatal visto que una chica lleve a misa pantalones cortos peeeeero no hay problema en colocarse los pechitos requeteapretados bajo la barbilla… ¡que lio!


La lluvia  reapareció nada mas subirnos a la furgoneta y nos acompaño hasta la casa.

Entre nervios y ganas comenzamos la preparación para el primer día del reto mas importante del viaje, nuestro campa (que no es uno, son dosh do). Los cabezazos por el sueño comenzaron a aumentar así que tiramos para el sobre.  Queridos lectores, buenas noches y wayabaso pa ti.

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