Mas menos colocados cada uno en su clase hicimos dinámicas de presentación. Que si un corro, que si un ahorcado, que si el cristiano baila (hombro-hombro, hombro-hombro-hombro) que si pan que si pun. También conocimos a los diferentes profesores, todo un elenco de personalidades variopintas, a cada cuál más curiosa que la anterior.
Por la tarde fuimos unos a la parroquia de Pueblo Nuevo, unos a desincrustar roña y otros a limpiar, si queríamos, eso sí, el síndrome de Diógenes de la sacristía de Pueblo Nuevo. Alguna para compensar tanto trabajo hasta hizo penitencia llevando una cruz a cuestas.
Finalmente entre libros viejos, cucarachas gigantes y jarrones resquebrajados lo dejamos todo como los chorros del oro.
El primer día normal después de 4 días llenos de anormalidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario