Con todos en pie y con la estricta orden de no salir de casa, decidimos montar una zona chill-out.
Tras una agotadora mañana, llego la hora de la comida, nuestras chefs nos sorprendían con una exquisita crema de espárragos seguida de unas milanesas (no se asusten, nos referimos a los filetes). Para la sobremesa, más de lo mismo, chill-out y out-chill para tod@s.
A media tarde el P. Ismael y Erick irrumpían en la casa, traían nuevos planes, para los más atrevidos: ¡¡visita a la casa del mecánico!! Allí les machacamos el jardín con la escusa de dar patadas a un balón, nos tomamos toda el agua de coco, unas naranjas amargas y poco más. Otros más aguerridos aún se quedaron dándole al mus en la casa y machacaron a las futuras doctoras.
Rematamos la noche con una película (si a eso se le puede llamar así) que nuestro hermano Erick tuvo el detalle de traernos y cómo no de ofrecerse como traductor ruso-español (Oh-Da, Oh-Da). "El caso es que un tipo se liga a una en un aeropuerto que resulta ser rusa y ni habla ni nada. El tipo es tan raro que solo la quiere para lo que la quiere y claro (es Nikole Kidman auuuuuu, auuuuu, ) uno piensa pues siendo esa...tampoco son tan raros sus gustos. Total, que trabaja en un banco, el, no la rusa que os recuerdo que no se entera de nada, y resulta que aparecen uno tipos rusos también le hacen todo el lio y le obligan a robar el banco. Que pun que pan. De repente, sin venir a cuento, ¡ella si que habla ingles! el banquero ruso la deja embarazada y los ladrones que son Eslovenos desaparecen. Al final se casan o algo y son felices pero poco". Bueno se nos hizo bola y yo me la dormi.
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